Escuelas inventoras de libros
El
proyecto fue llevado a la práctica por
estudiantes de segundo año de la Escuela 734, El Hoyo, Chubut y la docente María Guadalupe Mercado.
La
propuesta inició concretamente con una actividad áulica en la que
l@s estudiantes crearon un túnel realizado con sillas, mesas y
frizelina negra. El objetivo era ponernos en situación, crear el
clima necesario para que se animen a contar historias. Una vez
terminado el pasadizo, nos metimos adentro con la luz apagada,
utilizando celulares para iluminarnos el rostro y relatar cuentos de
terror ¡Todos muy interesantes!
Esta
propuesta contribuyó a que la totalidad de los chicos y de las
chicas participaran y escucharan atentamente a sus compañer@s.
Algunas historias les resultaban conocidas, las habían escuchado en
algún otro lugar.
Luego
dimos comienzo al registro escrito donde se plasmaron las narraciones
más escalofriantes teñidas en varios casos del paisaje local.
Una
vez tipeados los textos, realizamos entre todos el proceso de
corrección. Conectamos la computadora a un televisor, leímos y
reflexionamos acerca de los errores de repetición, ortografía,
coherencia textual eligiendo la mejor forma de expresar lo que
queríamos contar.
Paso
siguiente, cada escritor y escritora realizó el dibujo
correspondiente a su cuento y elegimos un nombre para el libro.
Como
es un libro de armado artesanal, las tapas y contratapas quedaron a
criterio de cada uno de los estudiantes. En esta etapa, además,
solicitamos ayuda a bibliotecarias para culminar con nuestro
objetivo.
Finalmente, nos dedicamos a
leer en ronda nuestro libro “Un segundo de terror” que está
abierto a recibir nuevas historias para posteriores ediciones.


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